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La especialización es para los insectos
Sé generalista en una sociedad que espera que seas especialista
Tu vida va a cambiar y el precio de tu nueva vida es la antigua. Te va a costar tu comodidad, tus rutinas, tus costumbres. Va a costarte amistades y relaciones. Vas a dejar de ser entendido y querido. Vas a perder el sentido de dirección y estabilidad.
Pero nada de eso importa.
Las personas que realmente importan te van a encontrar al otro lado. En vez de ser querido vas a ser amado. En vez de ser entendido vas a ser visto.
Todo lo que vas a perder estaba hecho para la persona que has dejado de ser.
(texto adaptado del libro The Mountain is You de Brianna Wiest)
El cambio es duro. Trae confusión y sufrimiento. Esa nueva vida requiere sacrificio pero es necesario para crecer.
El cambio va a ocurrir quieras o no.
Pensar que si tú no te mueves la vida no va a cambiar es auto engañarse. Es vivir en la ilusión de que tenemos el control de las cosas y no, no lo tenemos.
Lo único que puedes controlar es tu capacidad para reaccionar a los cambios. Las habilidades que desarrollas durante tu vida para enfrentar lo que innegablemente va a ocurrir dependen de ti.
¿Cuáles son entonces estas habilidades que necesitas para lograr reaccionar y actuar ante lo desconocido?
La sociedad y la educación tradicional nos han condicionado a pensar que debemos desde muy jóvenes comprometernos escogiendo una carrera y desde muy temprano decidir qué vamos a hacer con nuestras vidas.
Creo que es ridículo y peligroso que alguien con 15 - 17 años, sin experiencia ni de vida ni profesional, tenga que elegir casi a ciegas un camino que va a determinar el resto de su vida.
Esto creo que es peor aún en sociedades conservadoras como LATAM donde la sociedad mira con disgusto a quien no sigue la ruta canónica de escuela > universidad > trabajo > matrimonio > hijos > [?]
Las ventajas de estudiar en una universidad son diversas —lo digo por experiencia porque estudié Física en una universidad— pero no solo no es el único camino sino que, aún así hayas escogido la educación tradicional y ya estés más adelante en tu carrera y tu trabajo, creo que debes ser maś consciente de las desventajas que hay al decidir especializarse en un tema.
Quiero mostrarte por qué creo que debes considerar el ser una persona generalista en vez de especialista para estar mejor preparada y poder adaptarte a los cambios en la vida que van a ocurrir quieras o no.
Ambos caminos pueden llevarte a conseguir lo que deseas, pero el ser generalista te vuelve más flexible y adaptable a varios escenarios y es una mejor apuesta a largo plazo.
Como una persona generalista tu especialidad es el cómo combinas todas las herramientas y habilidades que has desarrollado. Eso te vuelve una persona única.
Los problemas de la especialización
Se prioriza la especialización temprana desde el momento en que estás forzado a escoger una carrera universitaria o incluso desde antes si has sido obligado por tu escuela o tus padres a dedicarle un tiempo especial a una actividad específica.
Este estrecho enfoque viene con un costo: poder perder el pensamiento crítico, la creatividad y la adaptabilidad.
Al limitar a las personas a estar expuestas a distintas áreas, temas y experiencias corremos el riesgo de producir individuos que batallan con adaptarse a nuevas situaciones y buscar caminos poco tradicionales.
La sociedad o tu comunidad puede sufrir de la falta de personas que resuelvan problemas de forma innovadora.
Especializarse muy temprano
Ya sea que estés escogiendo tu carrera, iniciando en la vida laboral o has decidido emprender, creo que cuando uno se encuentra aún en una etapa temprana de iniciar algo nuevo es difícil saber qué quieres.
Existen cuatro etapas durante el aprendizaje de algo nuevo:
Incompetencia inconsciente
Incompetencia consciente
Competencia consciente
Competencia inconsciente
Lo normal es que al inicio estés en la primera etapa —la incompetencia inconsciente. Esto significa que no sabes todo lo que no sabes. Crees saber lo que vas a aprender pero no asimilas aún la cantidad de detalles y complejidades que se vienen en el camino.
Es recién al iniciar el aprendizaje que te vuelves consciente de todo lo que no sabes (incompetencia consciente). Es también el momento en donde estás más cerca de darte por vencido porque te sientes tonto o incapaz. Esto es una parte natural del proceso y que también debes asimilar.
Entonces ¿por qué sería una decisión estratégica escoger en qué te vas a especializar en el momento en el cual te falta tanta información?
Ahora, no necesitas saber todo sobre un tema —eso es imposible— sino tan sólo lo suficiente como para poder empezar a poner en práctica lo que has aprendido y seguir aprendiendo en la marcha. El conocimiento que no se aplica no sirve (salvo por razones de entretenimiento).
Más aún en las etapas tempranas de la vida o al inicio de grandes cambios como dedicarte a emprender, debes darte espacio para aprender lo mínimo de varios temas, actuar poniendo en práctica ese aprendizaje y desarrollar un horizonte más amplio de lo que realmente te interesa.
Sé primero consciente de tu incompetencia.
Incluso si tu intención es especializarte, debes primero tratar muchas cosas. Exponerte a distintos conceptos y puntos de vista no solo te va a dar una mejor idea de en qué especializarte sino que vas a ser más hábil en tu especialización porque habrás desarrollado habilidades y herramientas que te vuelven adaptable y mejor solucionando problemas.
Enfoques muy estrechos
Tal vez eres muy joven para recordarlo pero durante la década de los 80s y 90s, ilusionistas de escenario como David Copperfield o Lance Burton creaban actos de magia increíbles que los inmortalizaron en su arte (aunque personalmente soy más fan de Juan Tamariz y René Lavand).
Una de sus técnicas para ejecutar las ilusiones es lograr que la audiencia se concentre en algo muy particular. El arte está en hacerles creer a las personas que eso es importante y así distraerlas de la magia que realmente está ocurriendo alrededor.
Esto ocurre también fuera de los escenarios de Las Vegas. Tal vez estás al tanto del experimento de atención selectiva de Daniel Simons y Christopher Chabris, donde los participantes no logran ver a una persona vestida de gorila frente a sus ojos por estar concentrados en una tarea que ocurre en la misma escena.
Este experimento ha tenido otras iteraciones y aunque su propósito está más alineado con explicar las fallas en nuestra intuición, percepción, atención, memoria y otros aspectos, yo creo que es una buena analogía de lo que ocurre con el enfoque estrecho que se genera en los especialistas.
Un especialista puede caer en la trampa de tratar de encajar cualquier problema dentro del enfoque de su tema.
La clásica frase “cuando la única herramienta que tienes es un martillo, todo problema comienza a parecerse a un clavo” ejemplifica bien el potencial problema de un especialista.
Esas herramientas específicas probablemente han servido muchas veces en el pasado y eso es parte del problema porque la experiencia de éxito anterior refuerza la búsqueda de la sensación positiva de utilizarlas y resolver problemas para las que tal vez no sean las adecuadas.
Incluso creo que pueden motivar el miedo al fracaso y limitar el aprendizaje.
Limitaciones al aprender
El aprendizaje más rico viene de conectar diferentes ideas de campos no relacionados para crear soluciones. Además, explorar áreas diversas puede resultar más eficiente para encontrar una solución porque tal vez la solución ya existe ahí, solo que hacía falta reciclarlas en otro escenario.
Un generalista tiene mayor capacidad de encontrar soluciones “alienígenas” al tema y re-utilizarlas localmente.
Tuve el privilegio de trabajar 10 años en Wolfram Research, una empresa de tecnología compuesta por gente con backgrounds muy diversos. Desde personas que vienen del mundo del arte hasta las que trabajaban en operaciones militares clasificadas, pasando por sociólogos, físicos, matemáticos, lingüistas, etc.
En retrospectiva, una ventaja de haber trabajado en Wolfram es que, relativamente a lo que desarrollan, es una empresa no muy grande (son menos de 1000 personas vs empresas del mismo rubro con cientos de miles de empleados).
Y esto permite que, con la actitud adecuada, puedas estar involucrado en muchas áreas y proyectos o al menos estar expuesto a ellas y aprender mucho no solo de cómo funciona la empresa sino también de cómo distintas personas resuelven los mismos problemas de maneras distintas.
Esto resultó muy útil cuando decidí emprender a tiempo completo y co-fundar un startup ya que habían muchas cosas en las que no era un experto, pero sabía lo suficiente como para ejecutarlas o saber cómo delegarlas.
Mi error, sin embargo, fue pensar como si fuésemos un startup más grande de lo que éramos realmente (porque teníamos dinero de VC) en vez de ejecutar como un startup de una sola persona.
El enfocarte en solo un campo o un área te puede estar aislando de aprender soluciones, técnicas o conceptos de otras disciplinas que son aplicables a tu propia experiencia y que de hecho, aún así quieras ser un especialista, puede beneficiarte porque dentro de tu comunidad esas ideas van a ser nuevas.
De la educación tradicional, creo que la carrera que ha resultado más “exportable” a otras áreas es la de Física.
Un ejemplo es el gran número de físicos que después de la 2da Guerra Mundial se dedicaron a las finanzas ya que vieron que muchos métodos y conceptos de física de altas energías o mecánica estadística podían adaptarse al mundo de Wall Street.
De igual manera puedes encontrar físicos escribiendo guiones de Futurama, creando efectos especiales para Hollywood, revolucionando la biología, la inteligencia artificial y muchos otros campos.
En mi experiencia personal, creo que lo más valioso de haber estudiado Física no son las fórmulas que uno aprende sino el entrenamiento que uno recibe como estudiante a pensar en principios fundamentales. Este tipo de razonamiento se puede aplicar a cualquier aspecto de la vida.
¿En qué casos sirve la especialización tradicional?
Un problema lo puedes clasificar en uno de estos 4 tipos de escenarios:
Simple: La relación causa y efecto es evidente. Son predecibles y repetibles. Se tienen “mejores prácticas” para resolver los problemas de estos escenarios.
Complicado: La relación causa y efecto no es evidente pero sabemos que existe al menos una solución. Existen “buenas prácticas” para encontrar la solución.
Complejo: La relación causa efecto es solo entendible en retrospectiva. Aunque el problema no sea nuevo, es difícil predecir su futuro.
Caótico: La relación causa y efecto no se puede determinar. Cualquier acción es la correcta para buscar estabilidad e intentar convertir un escenario caótico en uno complejo.
Los especialistas son particularmente útiles en los escenarios simples y principalmente en los complicados. Ojo que un problema sea clasificado en un escenario simple no significa que el problema sea fácil de resolver, solo que ya existe una solución conocida, repetible y el feedback de acción es rápido o inmediato.
Por ejemplo, el ajedrez es un juego muy elaborado pero las reglas están bien establecidas, el feedback es inmediato —si haces un mal movimiento te vas a enterar rápido— y los posibles resultados son predecibles.
¿Es fácil ser un maestro del ajedrez? Por supuesto que no y es por ello que aquí brillan los expertos, porque su campo de acción (reglas, estrategias, outcomes) está bien definido y la práctica contínua, la repetición y exploración muy enfocada de los posibles caminos ponen a un experto en ventaja.
Su campo de batalla durante el juego va a mantenerse constante. Los jugadores y sus estrategias pueden variar pero las reglas son fijas, la distribución del tablero invariable, las piezas de las mismas. Una persona que decide especializarse en el ajedrez conoce bien los límites del juego y conoce muy bien sus objetivos.
Un ejemplo más cotidiano es el aprender a escribir en un teclado de computadora.
Ahora nadie pensaría en estudiar mecanografía porque constantemente lo estás practicando. La mayoría de personas que trabajan en una computadora son expertas en teclear.
Pero lo podrías hacer mucho mejor.
Tal vez no te has dado cuenta que, aunque crees que usas todos los dedos de tus manos al teclear, no los utilizas de la manera más eficiente.
Puedes buscar en internet cualquier prueba de typewriting para probar tu velocidad, medirte contra otros usuarios y, si lo quisieras, realmente volverte un tipeador experto ya que, aunque no es fácil, en este escenario también las reglas están muy bien definidas, el feedback es inmediato (te das cuenta muy rápido si tipeaste la tecla incorrecta) y la repetición de las técnicas te puede llevar a las Olimpiadas del Tipeo.
Es en estos escenarios donde un especialista realmente se luce porque tiene todas las condiciones necesarias para perfeccionar su técnica mediante el entrenamiento y repetición y poder aplicarla sabiendo que su buen uso maximiza las probabilidades de éxito.
¿Qué ocurre entonces con los escenarios complejos y caóticos?
En estos encontramos problemas que no son predecibles, donde los patrones no son obvios y requieren de improvisación, adaptabilidad, creatividad y flexibilidad. Estas situaciones no suelen tener un feedback inmediato.
Aquí encontramos, por ejemplo, el crear una startup o lanzar un nuevo producto. Es muy difícil predecir si un nuevo producto va a tener éxito. La mejor manera de averiguarlo es lanzarlo rápido, obtener feedback de los usuarios y validar si tu solución realmente genera valor. Lo más seguro es que esto requiera que desarrolles varias iteraciones y vayas experimentando con distintos tipos de usuarios.
Un generalista que maneja distintas herramientas, puntos de vista y tipos de soluciones tiene mayor capacidad de adaptarse y responder.
¿El generalista va a dominar las herramientas o conocimientos mejor que el especialista? De seguro que no, pero no necesariamente lo necesita. En situaciones donde la adaptabilidad y flexibilidad es clave, algo extremadamente valioso es el poder actuar rápido, equivocarse temprano, aprender y seguir actuando.
Convertir un escenario caótico en uno complejo y, con suerte luego de experimentos y errores, en uno complejo donde la contribución de un especialista puede resultar mucho más útil.
¿Esto significa que un especialista no puede ser flexible o creativo? No, por supuesto que también lo puede ser.
Tanto los especialistas como generalistas pueden lograr sus metas pero para un especialista partir de un approach generalista puede optimizar la elección de su especialidad y darle más herramientas para traer innovación a su campo.
De hecho, creo que la impresión general acerca de ganadores del premio Nobel es que son especialistas en su campo pero las estadísticas muestran que es más probable que un Nobel sea generalista o tenga un background desarrollado en diversas áreas.
Frameworks para ser un generalista
Existen algunos framework para orientar tus habilidades hacia un approach más generalista. Algunos de estos son:
Modelo T: Desarrolla una base horizontal de conocimientos y habilidades (representado por la barra horizontal de la T) y profundiza solo en una o unas cuantas de ellas (al vertical de la T)
Modelo Ikigai: Encuentra la intersección entre tu pasión, lo que eres bueno haciendo y por lo que la gente está dispuesta a pagarte.
Modelo de pensamiento lateral: Piensa fuera de la caja, adopta puntos de vista no intuitivos y combina intuición con imaginación.
Sin saber que estos métodos existían yo veo que gracias a mi formación académica en Física los utilizo naturalmente y eso se lo atribuyo a la capacidad de abordar los problemas desde sus principios fundamentales.
En otro newsletter profundizaré más sobre esto pero aquí te dejo unas sugerencias de qué pasos te sirven para este enfoque:
Explica el problema con tus propias palabras para estar seguro de que lo entiendes claramente.
Analiza si el problema está compuesto de problemas más pequeños.
Lista las suposiciones que estás haciendo y pregúntate cuál es la base de estas.
Identifica cuáles son los hechos innegables.
Reconstruye todo desde lo más fundamental que has encontrado.
Te hago una historia como ejemplo.
Alicia tiene un café en un barrio muy popular y nota que las ventas han caído especialmente en horas de almuerzo.
Los clientes abundan en la mañana pero para mediodía su local está vacío.
Mirando a los cafés competidores de la zona ella ve que estos ofrecen opciones de almuerzo y piensa de inmediato que la solución es obvia, que debe expandir las opciones de comida en su menú.
Su problema se vuelve buscar un chef que diseñe el nuevo menú y conseguir los proveedores necesarios para los ingredientes.
Alicia solo hubiese perdido dinero si se concentraba en ese problema, porque ese realmente no era el problema de fondo. Ella necesitaba hacerse primero response estas preguntas:
¿Por qué vienen los clientes a mi café? Por el buen café, la atmósfera y el trato que tenemos con ellos.
¿Qué hace regularmente un cliente en mi café? Piden un café para llevar y solo 2 o 3 personas se sientan en las mesas a trabajar, porque solo hay 3 mesas disponibles.
¿Por qué el resto no se queda? Ahora es evidente, no por falta de opciones de comida sino porque no hay sitio dónde sentarse. Un café para llevar es fácil de consumir y transportar pero un almuerzo no.
¿Realmente necesito un menú más extenso? No, porque el real problema que quiero solucionar es la disponibilidad de mesas en el local, no las opciones de comida.
En retrospectiva el problema de fondo es evidente pero te sorprendería cómo en la vida real muchas veces estos problemas fundamentales no son obvios porque juzgamos la situación con una óptica muy complicada o sesgada por habernos especializado en problemas muy particulares.
Ranas y aves
Ya sea que quieras ser un especialista o un generalista, creo que la mejor base es una amplia, más aún al inicio de tu vida académica o profesional.
Si piensas especializarte, primero explora diversas áreas para poder afinar mejor tu elección de especialidad.
Parafraseando a Freeman Dyson:
En un bosque hay ranas y aves. Las ranas están en el suelo observando los detalles de las plantas, las raíces de los árboles, la textura del suelo, los colores de las flores y al resto de animales del bosque.
Las aves en cambio, observan todo el bosque desde el aire. Ven el horizonte y conocen dónde empieza y termina el terreno. Saben hacia qué dirección están los ríos y lagunas y divisan desde lo lejos cuando una tormenta se acerca.
Un bosque necesita tanto a las ranas como a las aves y eso está bien, pero seamos un poco más como las aves en una sociedad que espera que todos seamos ranas.
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